sábado, 7 de abril de 2012

Quiero un príncipe victoriano.

"-Todo el mundo sabe querer. –dijo confuso él mientras volvía a acercar la cara de ella a la suya. –Pero si alguien se pone una coraza de hielo el corazón se resiente y se entumece.
Al fin y al cabo el corazón es un músculo, y sufre como tal. Si no lo usas, se termina por atrofiar; si está lastimado, tiene una lesión y no lo dejas en reposo, o lo mandas a rehabilitación, o volverá a doler….

-Entonces, ¿por eso me late con tanta fuerza ahora? ¿Por qué está reviviendo, saliendo de su trance? –Estaba confundida, ya no sabía que le pasaba por la cabeza."

Fragmento de Las historias de amor las escribe el destino.

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