viernes, 21 de diciembre de 2012

No puedo escribir...

Mentira. Estoy escribiendo en estos momentos. Pero es un asco. Para estar toda la tarde así, prefiero estudiar y tener cosas que hacer. Que tengo cosas que estudiar, pero también he pasado hoy. Conclusión: soy un puñetero desastre y no sé lo que quiero.



Exacto. No sé lo que quiero. Esa es la frase. Llevo todo el día peleándome conmigo misma... -No, espera. ¿Todo el día? Anita, déjame decirte que llevas algo más de un mes, pero bueno-

¿Lo cuento?¿No lo cuento? Pues lo he contado, ea. Y no ha sido tan malo; solo he tenido ganas de echarme a llorar cual mocosa sin consuelo... Ahora podría, porque estoy completamente sola (salvo la tele, que la tengo encendida para que me haga compañía), pero no quiero. Jum.

Qué asco de niña.

Eso sí, me ha servido para darme cuenta de algo que ya sabía. Yo tampoco sé cómo lo he hecho, pero así es. Y es que he olvidado la valentía en alguna parte.Quizá me la dejé en aquel primer examen de HMC con el abrigo que perdí, o con el paraguas en el Gente hace dos semanas, o con la rebeca blanca que olvidé en el instituto... El lugar es lo de menos; la he perdido y, mucho me temo, también yo estoy perdida.

No debo y no quiero. Lo repetiré hasta que se convierta en una realidad.

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