Cuando de entre lo grotesco surge lo maravilloso...
Estaba allí, esperando que me cantaras qué tal bebes los malos tragos de la vida.
Y no.
Yo quiero caminar por encima de tu pelo
hasta llegar al ombligo de tu oreja
y recitarte un poquito de cosquillas
y regalarte una sábana de almejas.
Darte un beso de desayuno
para irnos volando hasta Neptuno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario