domingo, 29 de julio de 2012

Quelle gilipollas...

¿Ves al de la foto? Fíjate bien en su postura... observa sus manos; compara la posición de su cabeza. Grábala en tu memoria, a fuego si hace falta. Necesito como el aire que recuerdes esto.

Te lo advierto. Yo que tú no lo imitaría nunca jamás, porque corres el riesgo de que te quiera así para siempre. El que avisa no es es traidor. Yo te aviso: si no estás seguro de ti conmigo, que no se te ocurra acercarte. 
Y, por supuesto, nada de manos en mi cintura, ni abrazos, ni suspiros, ni rastro de cogerme en volandas para acercarme aún más, piel con piel... Se acabaron los ays que me tocan el alma y lo incontrolable de lo físico. Termino con las cosquillitas, los nervios, las caricias, los piques y las miradas. 

... tenemos que hablar. 


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